Ciudad de México, a 14 de septiembre de 2022. 


 

La reforma al artículo quinto transitorio de la Constitución, aprobada este 14 de septiembre de 2022 por la mayoría de la Cámara de Diputados, extiende por 9 años la fallida estrategia de seguridad y de militarización que quiere imponer -más allá de su mandato- este gobierno autocrático, poniendo en gravísimo riesgo nuestro sistema democrático, el respeto a los derechos humanos y colocando a nuestro país al borde de la dictadura.

Es una reforma condenable en el fondo, pero también en la forma, porque fue propuesta y votada por la mayoría de los diputados priistas en una evidente complicidad con Morena; claudicando y contradiciéndose a lo que reiteradamente la dirigencia nacional de este partido y sus legisladores habían pronunciado al respecto de la peligrosa militarización y la fallida estrategia de los abrazos.

La dirigencia nacional del PRI y la mayoría de los diputados priistas han faltado a la palabra, a los compromisos firmados y les han dado la espalda a las y los ciudadanos que en las elecciones de 2021 votaron por ellos, precisamente para que impidieran este tipo de reformas antidemocráticas, atentatorias contra las libertades y los derechos humanos.

Por supuesto que a todos nos preocupa la creciente inseguridad que padecen las familias mexicanas. Por ello mismo, el pasado domingo 11 de septiembre, conjuntamente el PAN y el PRD propusimos a la dirigencia nacional del PRI y a su grupo parlamentario en la Cámara de Diputados que retiraran su propuesta al respecto y formuláramos, de la mano de la sociedad civil, expertos y académicos mediante la práctica del parlamento abierto, una nueva propuesta para enfrentar y resolver de fondo este gravísimo y creciente problema de inseguridad. Esto a fin de que los mexicanos puedan contar con un sistema integral de seguridad pública nacional de carácter civil, en el que, por supuesto, podrían participar nuestras fuerzas militares en apoyo a las policías civiles, tal como lo establece nuestra Constitución. Lo hemos dicho con toda claridad, no se trata como lo dicen hoy en sintonía los morenistas y priistas, si el ejército regresa o no a sus cuarteles, eso no es lo que estamos pidiendo, lo que se exige es que el Gobierno Federal no les cargue a las Fuerzas Armadas, el fracaso de su estrategia de seguridad pública y sus terribles resultados, y que dejen de violentar la constitución.

Lamentablemente, dicha dirigencia nacional y su grupo parlamentario en la Cámara de Diputados hizo caso omiso a nuestra propuesta, lo cual acentúa la pública desconfianza e incertidumbre sobre el cumplimiento del resto de la agenda común de la Coalición Va por México y de la moratoria constitucional suscrita, que también comprometió cuidar al INE, los tribunales electorales, la elección de cuatro nuevos consejeros electorales y evitar cualquier tipo de regresión en el país.

En los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática escuchamos a la sociedad, la cual cree en la necesidad nacional de sumar esfuerzos entre todos aquellos partidos, liderazgos sociales y políticos que realmente sean opositores, para poder superar por la vía democrática el autoritarismo destructivo y construir un proyecto que mejore la calidad de vida de los mexicanos y corrija el rumbo del país, por lo que esperaremos a que concluya el proceso legislativo de esta reforma en el Senado de la República, para que en los órganos de nuestros respectivos institutos políticos, analicemos y decidamos cuál será el futuro inmediato de la coalición con dicho partido.

Desde luego que hacemos votos para que en la colegisladora todas y todos los senadores de la oposición, incluyendo la bancada del PRI, frenen esta equivocada reforma militarista y cuiden a nuestro querido México, para juntos blindar nuestra democracia, el respeto de los derechos humanos, y podamos construir una verdadera estrategia y modelo de seguridad pública civil, que en situaciones específicas pueda contar con el acompañamiento de nuestras fuerzas armadas y logre disminuir la creciente violencia e inseguridad en el país.